¡Viva México!

Noviembre fue el título de una peli de Woody Allen y también es el mes en que estuve en México D.F. para montar la tienda on line en este país maravilloso. Nada más aterrizar a la caótica y singular ciudad americana fui a la plaza de Garibaldi, al famoso Tenampa, una cantina salpicada de mariachis y jarochos donde el tequila corre como la pólvora. Era todo muy surrealista –eso dirán de nosotros los extranjeros que vienen a España- y a la vez muy vitalista.  De pronto, me sentí como en la España de hace treinta o cuarenta años, cuando no había centros comerciales ni un voraz consumismo que lo desbordara todo como hoy. Digamos que tienen sus carencias, pero… ¡viva México, cabrones!, bramarían los Molotov.

Tenampa, en la plaza Garibaldi, México D.F.

Teotihuacán, a unos kilómetros de México D.F.

México D.F. de noche desde Torre Latino.

Steve Jobs aseguraba en una famosa conferencia muy “youtubeada” que en la vida vas haciendo cosas que en el futuro se conectarán, puntos que se acabarán uniendo. México siempre me había atraído, igual que toda Latinoamérica, que casi conozco mejor que Europa: he visitado Ecuador, Perú, Argentina, Brasil, Honduras y Cuba, y el propio México. Me quedé con la espinita de no presentarme a la Ruta Quetzal y de mayor me lancé a la aventura americana con una mochila y un sueño y acabé devorado por la magia de un continente inabarcable. No vayas a América si no quieres soñar.

Hace tres años organicé en mi casa una fiesta mexicana que, honestamente, creo que pasará a la historia de las fiestas temáticas que hemos organizado mis hermanos y yo desde nuestra más tierna adolescencia. No vayas a una fiesta mexicana si no quieres disfrutar. Los sombreros, los vestidos charros y el sobrevenido acento de Aguascalientes –cuando menos- habría de recordarlos yo tres años después, en plena noche veracruzana, fumando un puro en el Zócalo y bebiendo cerveza negra Modelo mientras los mariachis alegraban la vida y el son caribeño se te metía en las entrañas. Los puntos se conectaron, los puntos son sagrados, pensé bajo el humo de los habanos.

Guanajuato, capital cervantina de América

No soy de los que creen en el destino, si no eres tú quien lo marca. Lo digo porque hay quien espera en el sofá de su casa a que le llegue, a que la suerte le visite sin haber movido un dedo para ello. Cuando decidí irme a México D.F. a crear la delegación en este país algunas personas de mi entorno se asustaron. Que si es inseguro, que si el Chapo…, que si tal y que si cual. No digo que sea un jardín de pacíficas palomas pero, desde luego, yo fui tranquilamente por muchos lugares y encontré gente estupenda, noble y hospitalaria. El mundo es infinitamente más seguro de lo que nos pintan en los medios de comunicación. No viajes si no quieres gozar… Así que, si alguno de vosotros quiere tomar una decisión en su vida –un viaje o lo que sea que pueda suponer un cambio-, solo le recomiendo: hazlo, no lo demores, porque las cosas no hay que decirlas, sino hacerlas.

Frida, esencia de México

Veracruz, ese canto a la vida