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Lorca, una forma única de vivir la Semana Santa
Fiesta de Interés Turístico Internacional desde el año 2007, la Semana Santa de Lorca es una de las más especiales de cuantas se celebran en España. La ciudad se vuelca con cada una de las procesiones y de los peculiares Desfiles Bíblicos que se llevan a cabo desde el Viernes de Dolores hasta el Domingo de Resurrección. Estas manifestaciones religiosas, artísticas, culturales y sociales son conocidas por su originalidad y su espectacular puesta en escena, en la que destacan las grandes carrozas alegóricas, los tiros de caballos y los grupos ecuestres con los que se representan escenas del Antiguo Testamento, pero también la perfección de cada una de las prendas que lucen los participantes en los desfiles, sobre todo por los bordados de seda y oro realizados a mano. Tal es la belleza de la Semana Santa lorquina que sus responsables trabajan en la candidatura a ser preseleccionada para la declaración como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.
Además de la escenografía, lo que hace especial a la Semana Santa de Lorca es la forma en la que la ciudad se vuelca con una de las dos cofradías principales, Paso Blanco y Paso Azul, cuya rivalidad lleva a sus miembros a superarse cada año, llevando el arte y la tradición al máximo esplendor. Los Desfiles Bíblicos que escenifican tienen su origen en el año 1855, cuando un grupo de treinta personas protagonizaron una procesión para conmemorar la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, puesto en escena por la sección de nazarenos de la Real e Ilustre Archicofradía de Nuestra Señora del Rosario (Paso Blanco). Un año más tarde, la Hermandad de Labradores (Paso Azul), incorporaba el primer grupo basado en el Antiguo Testamento, ‘La calle de la Amargura’. Entre 1856 y 1864, el número de pasajes bíblicos fue aumentando y con ellos la cantidad de figurantes que necesitaba cada cofradía.
Fue durante el siglo XX cuando los Desfiles Bíblicos de Lorca experimentaron un gran progreso, tanto en el número de participantes, como en los cuidados de las representaciones, que han llegado a convertirse en un gran espectáculo popular que narra los hechos más importantes de la Historia de la Salvación.
Los participantes del Desfile Bíblico del Paso Blanco son la Infantería Romana, Teodosio I ‘el grande’, los grupos del rey Nabucodonosor II y de Esther y Asuero, Carsena, el carro del rey Salomón, la reina de Saba y las carrozas del Anticristo y de la destrucción del Espíruto Malo (‘la Bola’), que nos dejan imágenes tan espectaculares como éstas:
En cuanto al Paso Azul, destacan Ptolomeo IV, Sesac, los emperadores de la dinastía de los Flavios, los emperadores Tiberio César y Julio César, Moisés, Cleopatra VII, los carros alegóricos del emperador Nerón y del triunfo del cristianismo y el manto de la Resurrección.
A estas dos cofradías se suman cuatro más, que completan el programa de la Semana Santa lorquina.
–Paso Encarnado. La Archicofradía del Santísimo Cristo de la Sangre es un orgullo para el Barrio de San Cristóbal, donde tiene su sede. Su Procesión del Silencio es uno de los atractivos de la noche del Jueves Santo.
–Paso Morado. Estandartes, nazarenos y pasos muestran los episodios de la Pasión y Muerte de Jesús de Nazaret en una procesión, la del Perdón, llena de solemnidad y serenidad, que se celebra durante la tarde del Jueves Santo. El Paso Morado participa también en la procesión de sobrecogedora austeridad y rigor penitencial de la mañana del Viernes Santo y en el Vía Crucis de la noche del Miércoles Santo.
–Paso Negro. La Hermandad de la Curia, con sede en San Patricio, protagoniza la Procesión de la Soledad, que se celebra el Sábado de Pasión.
–Archicofradía de Jesús Resucitado. Con sede en la antigua Colegiata de San Patricio, esta archicofradía celebra su procesión cada Domingo de Resurrección, en el que recorre las principales calles de Lorca en medio de una lluvia de pétalos de flores y gozosa alegría.
Los bordados son uno de los grandes protagonistas de la Semana Santa de Lorca y un motivo de orgullo para todos sus habitantes. Por ello, además de lucirse en las procesiones y Desfiles Bíblicos, son expuestos en distintas muestras que permanecen abiertas a vecinos y turistas durante la Semana Santa.
La tradición de los bordados ha dado fama a Lorca desde hace más de 150 años, cuando se incorporó esta técnica decorativa en las vestimentas e insignias de los grupos que participaban en los Desfiles Bíblicos, aportando colorido, brillo, plasticidad y atractivo estético a la puesta en escena.
Todos estos elementos hacen de la Semana Santa de Lorca una experiencia inigualable de la que hay que disfrutar, al menos, una vez en la vida.